Proyecto Reserva Natural Monte Alegre

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“Si supiera que el mundo se acaba mañana,
yo hoy todavía plantaría un árbol”
Martin Luther King

Nuevos comienzos

En 2016, recién salida de la universidad, me convocaron para diagnosticar el estado de conservación de un parche de bosque en una propiedad agrícola familiar al sur de Córdoba, Argentina. Recorrí este bosque durante varios días, haciendo observaciones, haciéndome preguntas y dudando sobre los próximos pasos. El área estaba sumamente degradada debido debido al entorno productivo y a la presencia de especies vegetales exóticas invasoras. Sin embargo, después de analizar la información colectada y hablar con mi colega Vero sobre las posibilidades de recuperar el ecosistema, lo vimos claro: íbamos a restaurar este bosque de Espinal. Poco imaginaba por aquel entonces que estaba a punto de comenzar una de las tareas más importantes de mi vida.

Los bosques de Espinal

‘¿Estaremos a tiempo? Esa fue una de las primeras preguntas que me hizo Vero —impulsora y motor del proyecto— al iniciar este camino. El Espinal es un ecosistema caracterizado por bosques xerófilos caducifolios con una gran diversidad biológica. Al ocupar tierras llanas y fértiles, estos paisajes se han visto especialmente afectados por el avance de la frontera agrícola. A día de hoy, apenas quedan remanentes aislados de bosque, de los cuales sólo un pequeño porcentaje está amparado por el Sistema Nacional de Áreas Protegidas. De ahí el imperativo de conservarlos y restaurarlos.

Además de proteger su maravillosa biodiversidad y servicios ecosistémicos, es necesario recobrar estos olvidados paisajes como un elemento de identidad cultural. Muchas personas desconocen sus particularidades y beneficios debido a la intensa transformación que han sufrido en las últimas décadas. Por ello, es importante que la sociedad se apropie del proceso de restauración y el cuidado del ecosistema, para que este bien común perdure de generación en generación. 

¿Cómo se hace para hacer? Se empieza

Habrá quienes consideren que restaurar un bosque de Espinal es una tarea difícil. A ellos les respondo que vale la Tierra intentarlo y que, de hecho, lo estamos consiguiendo. En ese tiempo, plantamos especies nativas, controlamos especies exóticas, realizamos censos de diversidad biológica, nos capacitamos, nos aliamos con otras organizaciones y buscamos formas de financiamiento. A  finales de 2017, el proyecto se autodenominó ‘Reserva Natural Monte Alegre’, a la espera de que el gobierno reconozca oficialmente la zona como área natural protegida. Con las sucesivas tareas de restauración, el bosque empezó a dar señales de que estamos en el camino correcto: más especies de animales visitan y habitan Monte Alegre y sus árboles empiezan a mostrar sus hermosas flores, frutos y semillas, que formarán las plántulas en futuras reforestaciones.  Y los únicos frutos no fueron los de las plantas: tras un paulatino cambio de visión sobre la riqueza de este paisaje, la familia propietaria inició una transición hacia prácticas agro-ecológicas en sus tierras productivas, permitiendo que el proyecto tome una dimensión holística.


Las hermanas Vero y Bonny plantando árboles nativos
Analí y Ana de camino a una jornada de campo

En 2020, recibimos la gran noticia de que el Foro Global de Paisajes apoyará a Monte Alegre durante todo 2021 en el marco del Restoration Stewards Program. La mentoría y financiación proporcionadas nos permitirán extender los horizontes del proyecto, sumando más conocimientos, hectáreas restauradas y personas involucradas en esta necesaria tarea. 

Si no es ahora ¿cuándo?

Este paso adelante en nuestro proyecto de restauración coincide con el inicio de la Década de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas, cuyo objetivo es la restauración a gran escala de ecosistemas degradados y destruidos para combatir el cambio climático y reforzar la seguridad alimentaria, el suministro de agua y la biodiversidad. 

La restauración ecológica no se reduce solo a plantar árboles. Debemos entender y resolver muchas complejidades técnicas, económicas, sociales y políticas para obtener resultados. Durante el último siglo vivimos en un sistema productivo-extractivista, en el que la sociedad creció en base a la desigualdad y la explotación de recursos no renovables. Ahora, es momento de emprender el camino inverso para reconstruir nuestra propia casa y hacerlo a pesar de las incertidumbres. Debemos actuar ya, confiando en que el planeta y el tiempo nos ayudarán a lograrlo.

Prosopis alba (Algarrobo) una de las especies arbóreas representativa del Espinal

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