Desentrañando los secretos de la restauración de turberas en los páramos colombianos: conversación con Robert Hofstede
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En el vibrante escenario del evento “La agenda de investigación en páramos para los próximos diez años», llevado a cabo en la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia, dialogué con un pionero y experto en restauración de ecosistemas de turberas de alta montaña: Robert Hofstede.
Hofstede es un experimentado y exitoso gestor de proyectos e instituciones sobre medio ambiente y desarrollo sostenible, y un reputado experto en ecología y gestión del páramo con amplia experiencia en cuestiones relacionadas a los paisajes tropicales.
La formación académica de este ecólogo tropical incluye diversas áreas de agronomía, silvicultura y geografía. Es experto en gestión de áreas protegidas, desarrollo rural, cambio climático, elaboración de políticas medioambientales, gestión forestal sostenible, enfoque ecosistémico y ecología del paisaje.
Por David Santiago Rocha Cárdenas, Guardián de la restauración de turberas 2023.
En el vibrante escenario del evento “La agenda de investigación en páramos para los próximos diez años», llevado a cabo en la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia, dialogué con un pionero y experto en restauración de ecosistemas de turberas de alta montaña: Robert Hofstede.
Hofstede es un experimentado y exitoso gestor de proyectos e instituciones sobre medio ambiente y desarrollo sostenible, y un reputado experto en ecología y gestión del páramo con amplia experiencia en cuestiones relacionadas a los paisajes tropicales.
La formación académica de este ecólogo tropical incluye diversas áreas de agronomía, silvicultura y geografía. Es experto en gestión de áreas protegidas, desarrollo rural, cambio climático, elaboración de políticas medioambientales, gestión forestal sostenible, enfoque ecosistémico y ecología del paisaje.
Hofstede es profesor adjunto en la Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales de la Universidad San Francisco de Quito, en Ecuador, y asesor independiente para agencias internacionales en las áreas de desarrollo sostenible, conservación de la naturaleza y cambio climático, como el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa De Las Naciones Unidas Para El Desarrollo (PNUD), el WWF (antes conocido como el Fondo Mundial para la Naturaleza), la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), el Banco Mundial y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Su vasta experiencia en gestión ambiental y desarrollo sostenible, combinada con un enfoque práctico en la restauración de turberas, ofreció valiosas perspectivas sobre la conservación y restauración de estos cruciales ecosistemas en los páramos colombianos.
Las turberas, ecosistemas húmedos caracterizados por la acumulación de materia orgánica, son esenciales en la regulación del agua y la mitigación del cambio climático. Actúan como esponjas naturales que retienen agua durante períodos de lluvia intensa y liberan gradualmente el líquido durante períodos secos, contribuyendo a regular el flujo de agua en los ecosistemas circundantes y a prevenir inundaciones y sequías.
Además, son sumideros de carbono altamente eficientes. La materia orgánica acumulada en forma de turba contiene grandes cantidades de carbono y su descomposición lenta en condiciones anaeróbicas evita la liberación masiva de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera.
Su capacidad para retener agua y almacenar carbono convierte a las turberas en elementos fundamentales de los paisajes de páramo, especialmente en un contexto donde la gestión sostenible del agua es clave para la vida de millones de personas.
En nuestra conversación, Hofstede compartió su visión sobre la restauración de turberas, destacando la rehabilitación de los niveles freáticos como una acción crítica. Su enfoque va más allá de la siembra de plantas y aboga por la eliminación de presiones –es decir, reducir o eliminar factores que ejercen tensión o estrés sobre el ecosistema– y un manejo inteligente del territorio para garantizar su funcionalidad ecológica a largo plazo.
Desafíos y oportunidades para turberas
Hofstede no dudó en señalar los desafíos que enfrenta la restauración de turberas. En algunos casos, estas han sido drenadas para convertirlas en tierras de pastoreo o para la agricultura. Al drenar se destruye el ambiente anaeróbico necesario para la formación de turba y conduce a la liberación de grandes cantidades de carbono almacenado. La ganadería y la agricultura intensivas pueden resultar en la compactación del suelo y la pérdida de biodiversidad en las turberas.
Estas prácticas contribuyen a la degradación del ecosistema y afectan negativamente los servicios que este proporciona. También subrayó la necesidad de evitar los efectos adversos de la siembra de especies, la necesidad de aprender de los errores y la importancia de la sensatez en los enfoques de restauración, es decir, tomando decisiones informadas, considerando la complejidad del ecosistema y evitando enfoques simplistas y acciones que puedan tener consecuencias no deseadas.
“La gestión del nivel freático, especialmente cuando ha sido artificialmente afectado o reducido, emerge como una estrategia altamente beneficiosa para la restauración de turberas. Experiencias en Ecuador han demostrado que restablecer el nivel natural del agua en la turbera desencadena rápidas respuestas tanto del ecosistema en su conjunto como de la vegetación presente. En este sentido, para la restauración efectiva de turberas, el enfoque principal debería ser el restablecimiento del equilibrio hídrico, priorizando esta acción sobre la simple siembra de plantas. Este enfoque se vuelve aún más relevante cuando ya existe una sólida base de semillas en las propias turberas”, dijo el ecólogo tropical.
Rol de las comunidades, los salvaguardas y las nuevas generaciones
La participación comunitaria es clave para Hofstede, quien ha superado diversos retos en páramos junto a las poblaciones aledañas al ecosistema.
“La participación comunitaria se erige como un pilar fundamental en mi visión. Destaco la importancia del diálogo de saberes y la investigación participativa, basándome en mis experiencias en Ecuador, donde colaboré estrechamente con comunidades para abordar problemas vinculados a la ganadería en los páramos. La aceptación y participación de las comunidades son esenciales para asegurar el éxito de cualquier iniciativa de restauración”, anotó Robert.
Hofstede también dedicó un mensaje inspirador a los jóvenes. Reconoció su papel como agentes de conservación y manejo de ecosistemas. Los instó a comprometerse con prácticas sostenibles y aprender de la sabiduría de la naturaleza, brindando una guía para la restauración basada en la ciencia y la sensatez.
Inspirar acción
Las turberas de alta montaña en los páramos colombianos son ecosistemas singulares y frágiles que albergan una biodiversidad única. Son fundamentales para el suministro de agua dulce y la conservación de especies endémicas. Debido a su ubicación en altitudes elevadas, son especialmente sensibles al cambio climático. El calentamiento global y los cambios en los patrones de precipitación pueden afectar negativamente su estabilidad.
Hofstede dejó claro que la restauración de turberas en los páramos colombianos no es solo un desafío, sino una oportunidad para preservar la biodiversidad, asegurar el suministro de agua y contribuir a la mitigación del cambio climático. Por lo que, es esencial adoptar prácticas sostenibles y evitar la degradación de estos ecosistemas.
Esta entrevista resonó profundamente con mi propio compromiso en la restauración ambiental; encuentro un claro reflejo de mi visión en sus palabras. Al igual que Hofstede, y como joven líder en el ámbito de la restauración, valoro enormemente la sensatez, el juicio reflexivo en los enfoques de restauración, la necesidad de aprender de los errores para lograr resultados sostenibles y la crucial relevancia de la participación comunitaria. Por ello, mi proyecto, Turberas para el Futuro, busca tanto la restauración física de los ecosistemas como la participación y la sensibilización de la comunidad local.
Mi papel como joven líder adquiere una dimensión especial al considerar la urgencia de abordar la degradación ambiental y la pérdida de biodiversidad. Sin embargo, enfrento desafíos significativos, especialmente en la búsqueda de la sostenibilidad financiera y la superación de barreras institucionales.
A través de mi experiencia, espero inspirar a otros jóvenes interesados en la restauración, mostrándoles que es posible convertir la pasión por la naturaleza en acciones concretas. Los desafíos no deben desanimar, sino que deben considerarse como oportunidades para aprender y crecer.
Mi trayectoria puede servir como un ejemplo tangible sobre la manera en la que los jóvenes pueden superar obstáculos y materializar sus proyectos de restauración, demostrando que la energía y la dedicación son fundamentales para impulsar un cambio positivo en nuestros ecosistemas.
