Por qué estoy restaurando turberas tropicales de montaña en los Andes colombianos
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Restaurar las turberas tropicales de montaña es esencial para mitigar el cambio climático, preservar la biodiversidad y asegurar los recursos hídricos para el futuro…
Las turberas tropicales de montaña son sumideros de carbono significativos, almacenando grandes cantidades de carbono en sus suelos. Sin embargo, cuando estos delicados ecosistemas se ven perturbados, pueden liberar millones de toneladas de gas metano, exacerbando aún más los problemas críticos del calentamiento global y el cambio climático. Es por eso que es crucial proteger y restaurar las turberas, no solo para prevenir las emisiones de carbono, sino también para preservar su papel esencial en la regulación de los recursos hídricos, la preservación de la biodiversidad y el apoyo a las comunidades locales que dependen de estos ecosistemas para su sustento.
El páramo de Almorzadero es un ecosistema de alta altitud ubicado en los Andes orientales de Colombia, abarcando impresionantes 157.704 hectáreas en el Municipio de El Cerrito en el departamento de Santander. Como parte del páramo de Santurbán más amplio, desempeña un papel vital en la regulación de los recursos hídricos, el secuestro de carbono y la conservación de la biodiversidad. Su flora y fauna únicas son un espectáculo impresionante, con numerosas especies endémicas de plantas y especies animales raras como el oso de anteojos, el cóndor andino y el tapir de montaña que llaman hogar a este lugar. El páramo también alberga una variedad diversa de especies de aves, insectos y anfibios, lo que aumenta su importancia ecológica. Es imperativo proteger y gestionar de manera sostenible este precioso ecosistema para garantizar su salud a largo plazo y su continuo suministro de valiosos servicios ecosistémicos.
El páramo de Almorzadero es una fuente de agua crucial tanto para el consumo humano como para la agricultura en el área circundante, proporcionando un recurso esencial para las comunidades locales. Sin embargo, este frágil ecosistema está amenazado por diversas actividades humanas, incluyendo la minería, la agricultura y la urbanización, las cuales han tenido un impacto significativo en la biodiversidad del área. A pesar de los esfuerzos en curso para proteger el ecosistema, los desafíos son substanciales, con casi una cuarta parte de su área transformada por actividades agrícolas y ganaderas. Por tanto, es esencial que se tomen medidas adicionales para conservar el páramo y garantizar su sostenibilidad a largo plazo, en beneficio tanto del medio ambiente como de las comunidades locales que dependen de él.
Mi primera visita al páramo de Almorzadero me dejó enamorado de sus impresionantes paisajes y de la abundancia de turberas que desafortunadamente estaban altamente degradadas. Tras una investigación más exhaustiva, descubrí que muchas comunidades en la zona dependen de la ganadería y han permitido que sus animales pasten libremente por el paisaje, lo que ha provocado un daño significativo en las turberas. Con el tiempo, estas comunidades han enfrentado las consecuencias del pastoreo descontrolado, como la baja calidad y escasez de los recursos hídricos. Como solución, han tomado la iniciativa de aislar las áreas de humedales y evitar que las cabras y ovejas accedan a ellas, con el fin de proteger y preservar los delicados ecosistemas de las turberas. Es alentador ver a las comunidades tomar medidas para restaurar la salud de estos importantes recursos naturales.
Durante mi reciente reunión con Don José Cerafico, líder comunitario del Páramo El Almorzadero, discutimos el papel vital de las turberas en la mitigación del cambio climático. Mientras compartía información sobre su inmenso potencial, él expresó un fuerte compromiso de proteger las turberas en su área local. Fue alentador ver su entusiasmo por esta causa importante y su comprensión del papel fundamental que desempeñan las turberas en la preservación del ecosistema de nuestro planeta.
El proyecto «Turberas para el Futuro» tiene como enfoque principal la rehumidificación de algunas hectáreas de turbera ubicadas en el Paramo El Almorzadero, en la Reserva Mararai. Esta reserva se encuentra en la finca Wilches o Angosturas, la cual pertenece a la familia Cruz Rivera y está ubicada en el Municipio de El Cerrito, en el departamento de Santander, Colombia. Nuestro objetivo principal es aislar estas turberas y analizar su impacto en las emisiones de metano (CH4) y dióxido de carbono (CO2). Además, el proyecto tiene como propósito empoderar y crear conciencia en la comunidad, al mismo tiempo que sienta las bases para una posible expansión futura, posiblemente a través de la emisión de bonos de carbono para lograr autosuficiencia financiera.
La restauración de las turberas tiene una gran importancia tanto desde el punto de vista ambiental como social, ya que contribuye a la mitigación del cambio climático, la preservación de la biodiversidad, la mejora de la calidad del agua y la disminución de la vulnerabilidad a eventos climáticos extremos.
Turberas para el futuro es un proyecto dirigido por la Corporación Andina para el Desarrollo Integral y Sostenible COANDIS y The Ecosystem Carbono Conservation TECC.